martes, 26 de julio de 2011

XLI

A veces las mariposas laten
mas fuerte que la luna,
dentro del caparazón de los años.
Los silbidos en la noche
se estremecen
y la aridez de las flores
dura hasta el amanecer.


A veces el mar espera
con ansias el anochecer tardío,
pateando los escombros del tiempo,
retardando las vigilias sin noches,
la sed de soledad.


A veces el amor cobra vida,
 cuando tus ojos se posan en los míos...


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